Calle Hurtado de Mendoza, breve historia de este personaje participante en la reconquista malagueña.
La calle Hurtado de Mendoza está situada en la barriada de Conde Ureña.
Existen bastantes Hurtado de Mendoza, pero cronológicamente podemos aventurar que el aludido en esta calle es don Diego Hurtado de Mendoza de la Vega y Luna, apodado «el Grande» y, a partir del 1500, III duque del Infantado,
Nació nuestro caballero en Arenas de san Pedro en 1461 en el llamado castillo de la triste condesa, también conocido como castillo de don Álvaro de Luna o, posteriormente, castillo del Condestable Dávalos.
Lo de la triste condesa alude a doña Juana Pimentel, condesa de Montalban, esposa de don Álvaro de Luna quien fue decapitado en una revuelta de la nobleza castellana.
Nuestro caballero perteneció a una de las nobles familias de la aristiocracia castellana, los Mendoza, siendo su abuelo don Iñigo Lopez de Mendoza marques de Santillana y por lo tanto era pariente de don Don Íñigo López de Mendoza y Quiñones conde de Tendilla de quien hablamos en otro momento dentro de esta serie de personajes.
Participó nuestro Diego Hurtado de Mendoza en el asedio a la ciudad de Málaga, ocupando un lugar en el poniente, vigilando y controlando la zona de la puerta de Antequera y el camino que desde allí partía, que estaba protegido por un fuerte torreón en la esquina de la muralla de la ciudad
En aquella época era un joven noble, tendría sobre 25 o 26 años.
Su mayor actividad política la desplegó posteriormente, a la muerte de la reina Isabel y con duros enfrentamientos con el cardenal Cisneros en defensa de los problemas de la nobleza.
Murió en Guadalajara en 1531, tenía 70 años, y seguramente fue enterrado en el convento de San Francisco, con todos los Mendoza.