La calle Zenete está situada en la barriada de Cristo de la Epidemia.
Suponemos que se refiere a Ibrahin Zenete, capitán de las tropas gomeres y lugarteniente de el Zegri, que tuvo una gran relevancia en la defensa del castillo de Gibralfaro durante el asedio a Málaga.
Fue autor de varias acciones merecedoras de admiración, una de ellas fue cuando, con un contingente de no más de unos veinte o treinta gomeres se deslizó, rodeando toda la ciudad, hasta llegar a la zona opuesta, la desembocadura del rio, en la zona defendida por el maestre de Alcántara, don Juan de Zuñiga, con la aparente intención de dificultar la llegada de refuerzos a las tropas castellanas, entablando combate con sus desprevenidas tropas, a las que superaron, consiguió llegar a la playa y encontrando a muchos soldados dormidos en la arena, tuvo el detalle de despertarles y dejarles coger sus armas antes de atacarles, este gesto fue rápidamente conocido por los castellanos, finalmente las tropas cristianas se rehicieron y no tuvieron dificultad en hacer retroceder a aquel grupo de valientes, que se replegó volviendo a la ciudad con el apoyo de las fuerzas que defendían la torre del puente y dejando en el suelo a bastantes componentes, pero su hazaña y el comportamiento de Ibrahin fue muy comentado entre las tropas castellanas.
Parece ser ya en los últimos días de la resistencia de el Zegrí, Ibrahin Zenete se desmarcó de la suicida defensa a ultranza que protagonizaba su jefe e incluso colaboró en la apertura de puertas de la ciudad de Málaga, y posiblemente las del castillo de Gibralfaro, pero a pesar de ello fue tomado prisionero y acompañó a su jefe el Zegri a la fortaleza de Carmona.
Ibrahin Zenete fue siempre tenido, por las tropas castellanas, como un caballero en el más amplio y cortés sentido de la palabra.
Los zenetes eran diestros guerreros y excelentes caballistas, la palabra “jinete” se deriva de ellos.