Este cuadro fue pintado por Cezanne en 1895, formando parte de una serie de 5 cuadros sobre este tema que comenzó en 1890, del que hablamos tiene unas dimensiones de 48 x 57 y está en el Museo d’Orsay. en París
Breve presentación del autor
Alguna vez comentamos que los llamados impresionistas realmente no tenían nada en común, salvo la época en les tocó vivir y una relación amistosa entre ellos, pues bien en el caso de Cezanne esta última premisa tampoco se cumplió.
Cezanne inicialmente solo creía en su amigo Pisarro a quien llamaba “Dios Padre” y afirmaba que “Todos provenimos de Pisarro”, pero llegó el momento en que también rompió con él, tal como había hecho con el escritor Emile Zola, quien también pasó de ser su amigo a su ser odiado enemigo, porque en una obra se sintió retratado como un pintor fracasado.
Era un personaje muy complejo y desagradable, y con la edad fue a peor, llegando a alejarse de su familia y vivir solo en una casa que se hizo construir cerca de la montaña de Santa Vitoria. En las entrevistas que algunas veces le hicieron era habitual que terminase a gritos, enfadándose con los entrevistadores, normalmente por motivos nimios, una de sus manías es que no consentía que nadie le tocase, el por su parte procuraba no tocar a nadie
A pesar de todo esto Cezanne murió rico y reconocido, con un gran caché entre los amantes de la pintura, pero su carácter le perdía, su vida matrimonial fue turbulenta, finalmente decidió vivir solo y aislado en un estudio que se hizo construir frente a la montaña de Santa Vitoria y allí murió, solo también, de una neumonía provocada por permanecer largo tiempo pintando bajo la lluvia.

Jugadores de cartas, análisis
El cuadro que nos ocupa es una de sus obras más conocida, son dos personas enfrentadas en una mesa y ambas parecen tener cartas en las manos, desde luego es una sintetización de la idea original, que pudo ser el primero de los cuadros que forman esta serie.
- En su primera versión son tres los jugadores y algunos espectadores (Barnes Fondation Pensylvania), realmente están jugando y se ven cartas sobre la mesa, es un cuadro bastante grande de 135 x 160.
- También la segunda es similar (Metropolitan Museun Nueva York).
- En la tercera ya solo aparecen dos jugadores y no hay cartas sobre la mesa (Col. privada).
- En la cuarta sigue también esa misma línea (Courtland Institute Londres)
- Finalmente la quinta, que es la que nos interesa, está en Museo d’Orsay en París y tiene una dimensión de 48 x 57
El cuadro es de dudosa interpretación, primeramente los jugadores no están jugando a nada, ambos tiene cartas en la mano pero no hay cartas sobre la mesa, por lo tanto no hay juego ninguno.
En cuanto a la morfología de los jugadores también es muy digna de comentario.
El jugador de la derecha parece joven y fornido, de hecho ocupa él solo más de la mitad de la mesa con sus brazos extendidos, el de la izquierda da más la imagen de pobre hombre, apenas pude apoyar las manos en el borde de la mesa y su aspecto general es más delgado que su compañero, más retraído, mientras el personaje de la derecha se echa hacia adelante, él se repliega hacia atrás, y además Cezanne minusvalora su figura con el ridículo sombrero que apenas le cabe en la diminuta cabeza.
Tal vez, por buscar una interpretación razonable, aún no han empezado a jugar y no hay cartas sobre la mesa, están ordenándolas en las manos, desconozco a que juego pueden estar jugando en que se juegue así, pero es una concesión que le hacemos graciosamente, para cubrir la estupidez de la escena.
Analizando las imágenes de los jugadores de cartas pronto observamos que en el jugador de la izquierda todo es más modesto, ya hemos hablado de su gesto y posición.
También podemos apreciar que su chaqueta es mucho más corta que la de su compañero, que es inmensa, y de un color llamativo, se corta con el fin del cuadro, pero seguirá no se sabe cuanto, de hecho el bolsillo está más abajo de lo que la mano puede alcanzar con comodidad, esa enorme chaqueta contribuye a remarcar la imagen de ese jugador, algo falla en el diseño del equilibrio cromático entre esta pareja de jugadores.
Realmente a Cezanne los personajes no le importaban nada, él los trataba como si fueran una naturaleza muerta, era un conjunto de texturas y colores y solo eso, Cezanne pintó infinidad de bodegones y este cuadro se puede considerar como uno de ellos, pero con figuras humanas, por eso se aprecia ese cierto desprecio por la composición más o menos realista de los personajes.
Veamos la parte técnica
Técnicamente «jugadores de cartas» parece estar basada en los colores primarios, toda la gama puede obtenerse a partir del rojo, azul y amarillo y con toda probabilidad alguna tierra, resultando colores estratégicamente esparcidos con una aceptable armonía cromática y buscando los efectos de colores de la misma gama pero de diferente intensidad.
Cezanne debía tener algún problema de visión que hacía que todas su obras, al menos las de última etapa, estuvieran inclinadas hacia la izquierda, en este cuadro es evidente esa incidencia, la mesa está francamente inclinada, se nota en las patas y en el tablero y lo están en todas las versiones de dos jugadores.
Cezanne fue el introductor de lo que después se definió como cubismo, siendo sus últimos cuadros de la montaña de Santa Vitoria la prueba fehaciente de lo dicho, ya lo dijo Picasso, “toda la teoría del cubismo estaba bajo la gorra de Cezanne”
Este cuadro fue comprado en 2012 por un jeque Qatarí que pagó por él 250 millones de dólares, fue el cuadro más caro del mundo, pero creo que ya ha sido superado.