Rafael Sanzio (Urbino 1483 ― Roma 1520) era pintor, escultor y arquitecto, murió muy joven pero dejó un importante taller.
En contraposición a su rival artístico Miguel Ángel, la pintura de Rafael Sanzio es reposada, de un exquisito dibujo y una muy cuidada ejecución, sin tensiones.
Fue alumno del Perugino de quien aprendió la limpieza en la ejecución de sus obras y quien le sirvió de inspiración para su cuadro «Los desposorios de la Virgen»

Tuvo una etapa florentina pero, tras la toma de Florencia por las tropas francesas y el entronamiento del fraile Savonarola, rápidamente se instaló en Roma, aprovechando las influencias de su amigo, el arquitecto Bramante, que estaba construyendo la Basílica de San Pedro. La parte principal de su obra está en el Vaticano en las llamadas “estancias de Rafael” en las que sobresale su magistral “Escuela de Atenas”, volviendo a la pintura multitudinaria.

Creo curioso, interesante y morboso conocer los motivos o circunstancias de su temprana muerte.
Parece ser que estaba prometido con una sobrina del cardenal Médici, pero nuestro amigo no estaba por la labor, disfrutaba de alegres amigas que le distraían lo suficiente para olvidar esos enojosos compromisos, una de ellas era llamada la Fornarina (harinera) con la cual tuvo una noche, el día de Viernes Santo, día de su cumpleaños, unas relaciones sexuales tan abundantes, locas y cálidas que nuestro amigo cayó exhausto, agotado, postrado y perdido el conocimiento de pura consunción.
Sus amigos al verle en ese lamentable estado avisaron a los médicos. Pero, quizás por discreción, no les advirtieron del motivo de su postración, y estos, sin encomendarse a Dios ni al Diablo, le endilgaron los remedios habituales: sangrías, lavativas, eméticos y demás infernales ingenios de la época con la idea de “depurar su cuerpo de humores malignos” así nuestro personaje, que lo que hubiera necesitado era dejarle dormir, un buen y substancioso caldo de pollo y una gran vaso de vino, fue empeorando hasta morir.
Y es que «el amor perjudica seriamente la salud»
Supongamos que murió recordando sus momentos con la Fornarina.
Tenía 37 años.